Así es como comienza el Padre Pepe Zamorano a describir el ambiente durante su paso por La Peque. Yo fui el encargado de la edición de esta entrevista, y éste fue el primer fragmento que marqué. Durante el relato para el Documental de la Escuela Normal se notaba un rastro de añoranza y un fuerte sentido de comunidad que predominaba aún en los tiempos más difíciles.
Es, a partir de esta entrevista y la reciente Asamblea Comunitaria de Diciembre, que surgió la idea de escribir este texto. Es claro que todos tenemos un concepto de comunidad propio, acorde a los tiempos vividos y los roles ocupados, pero ¿acaso no todos respondemos igual cuando nos preguntan de donde somos? "Soy scout de la Peque". "Soy guía de la Peque".
"De la Peque", ¿que tiene ese nombre que significa tanto? Bueno, yo creo que no es el nombre, es la Comunidad de la Peque lo que nos da pertenencia. Somos tantos, tan conectados y durante tanto tiempo que se generaron lazos intangibles que nos unen, que nos acercan y alejan, pero siempre nos mantienen a la par. Son estos mismos lazos los que permiten que la rueda siga girando.
Esa fuerza, dinamismo y gran potencial que nos caracterizaron se ven hoy amenazados; la fortaleza de nuestra comunidad está disminuyendo. Es una realidad que necesita una redefinición, un nuevo pacto que nos relacione en función de la realidad actual. Actualizar las reglas de juego y volver a tirar todos para un mismo lado.
Un mismo ideal nos reúne, guías, scouts, padres, misioneras, liga de madres, catequesis, acción católica, somos una comunidad que baja a la calle, que se preocupa por el prójimo y brinda un servicio al otro, que pone su fe en Cristo y lo festeja cada domingo.
Es tiempo de que todos nosotros busquemos la forma de superar este obstáculo que intenta frenar la rueda, que superemos las diferencias que nos alejan hoy para construir un mejor mañana.
Sigamos el ejemplo de Pelícano, retomemos su camino y volvamos a las raíces, ahí está la respuesta. Es el momento de devolverle a esta comunidad toda su fuerza.
Escrito por Guido Sgalla, para Revista Umpa.